
Te puede parecer extraño el título de este artículo. pero te sorprenderás de las similitudes que existen entre el viaje de un barco y nuestro viaje por la vida.
En este post hablaremos acerca de esas similitudes, o semejanzas, vistas como una metáfora o una analogía. Son 7 sencillas pero grandes enseñanzas, que podemos aprender para hacer nuestro viaje por el mundo, cada día un poco mejor.
¿Estas Listo? Bien, vamos a ello… 🙂
Lección #1: Ta vez eres un barco a la deriva
Cualquier embarcación emprende su viaje por el mar con un destino definido, claro y especifico. Lo mismo ocurre cuando viajas en auto, en avión o en autobús. Si lo vemos como una analogía, se podría decir que cada uno de nosotros salimos a mar abierto al momento de nacer. Es en ese instante cuando inicia nuestro viaje por la vida.
De pequeños no tenemos mucho control; nuestros padres nos cuidan, y a la vez, dirigen la mayoría de nuestras acciones. Nos «llevan» por donde quieren y tienen influencia directa en todo lo que percibimos a cada instante.
Conforme vamos creciendo, nos hacemos cada vez más independientes. Nos vamos alejamos poco a poco del “puerto de salida” hasta que, un día, somos capaces física y mentalmente de tomar nuestras propias decisiones y elegir lo que es bueno y benéfico para nosotros.
De la noche a la mañana y sin esperarlo, tomamos el control total y consiente de nuestro «barco». Comenzamos a tomar decisiones vitales, que definen nuestro rumbo. Es este punto cuando surge el primer mayor problema de todos: Saber qué hacer con tu vida y qué camino tomar.
Comenzamos a viajar como barco a la deriva, sin capitán y sin rumbo. Andamos en círculos, repitiendo las mismas acciones y patrones de comportamiento aprendidos e impuestos sin cuestionarlos.
Nos enseñaron qué pensar, qué hacer y qué creer, y con ello, trancaron nuestra capacidad para mirar más allá de nuestras actuales circunstancias, actuar con convicción e incitativa y tener una visión inspiradora de lo que es posible para nosotros.
Si en este momento de tu vida te sientes perdido y a la deriva, te aconsejo que:
Lección 2: Al empujar habrá oposición
Cuando un barco se mueve, hay cierta resistencia a su paso. Entre más rápido avance, más resistencia encontrará. Esa es la razón por la que los barcos son diseñados y optimizados para minimizar la fricción y el esfuerzo el movimiento.
Algo muy semejante nos ocurre a nosotros. Cuando tenemos muchos pensamientos, preocupaciones, ruido mental, o problemas que roban nuestra atención y energía, es difícil tener claridad y enfoque en lo verdaderamente importante.
Cuando no sabes qué es lo que genera los resultados que deseas en tu vida, realizas muchas acciones sin sentido. Aplicas mucho esfuerzo para avanzar y con todo lo que llevas «cargando», tal vez por años reduces tu alcance y tu influencia en el mundo.
Ante esto, debes saber que existe la carga interna y una externa. Por un lado, está tu mente; llena de asuntos, problemas, ideas, miedos, preocupaciones etc. Por el otro, tú entorno, circunstancias, personas y situaciones deseables e indeseables que acontecen y de las cuales muchas de ellas no tienes control.
Estos dos tipos de cargas, en conjunto, pueden convertirse en obstáculos que «obstruyen» o «ralentizan» tu paso por la vida o, por el contrario, pueden, ayudarte a avanzar eficientemente ante la adversidad.
Aquí te cito algunos ejemplos para darte más claridad acerca de a qué tipo de cargas me refiero:
- Armario lleno de ropa se traduce en “¿Qué voy a vestir o que ropa me voy a poner hoy?” [carga externa].
- «Haber ¿Qué hay de nuevo en Instagram y TikTok por la mañana?«, que se traduce en productividad reducida [carga externa].
- ¡Esa persona del trabajo no me cae muy bien! [carga interna].
- Personas pesimistas y negativas [carga externa].
- ¿Y si me despiden?… [carga interna].
- ¡Creo que me está poniendo el cuerno! Ya no quiere tengamos intimidad [carga interna].
- ¡Mi habitación es un desastre! [carga externa].
Todas esas «perturbaciones» internas y externas afectan tu tranquilidad, te restan felicidad, enfoque y drenan tu energía. Además, te pueden llevar a tomar decisiones que te frenan hacia la consecución de tus objetivos más elevados.
Por lo tanto, elimina esos distractores, desINFOxícate y adopta el minimalismo. Al hacerlo, tendrás menos cosas en qué pensar, gozarás de más claridad, paz mental y podrás utilizar toda tu energía y tiempo hacia la creación, el crecimiento y transformación, y no hacia el desgaste, el estrés y el derroche.
¡Convierte en un barco optimizado para navegar contra corriente!
Lección 3: Cambiar de dirección no es algo inmediato
Cuando una embarcación necesita hacer un cambio de dirección, requiere tiempo. A diferencia de los automóviles, los cambios no se realizan instantáneamente al momento de girar el timón. Existe un desfase de tiempo entre el giro y la reacción del barco.
Algo parecido sucede con la vida. Los cambios no se perciben de manera inmediata. Tarda tiempo en ocurrir la reacción o resultado esperado, hasta que comienza a ser perceptible.
Veamos un ejemplo. Si en este momento comenzaras a tomar 2 latas de refresco diario. Durante la primera semana posiblemente no notes algún cambio. Sin embargo, si mantienes dicho habito a lo largo del tiempo podrás notar como los efectos sean perceptibles. Si lo haces durante algunos meses o años, a la larga te convertirás en una persona con algunos problemas de salud y obesidad.
Lo mismo ocurre, por ejemplo, si en este momento dejas de estar atento al desarrollo y la crianza de tus hijos, o dejas de alimentar y dar atención a tu relación de pareja.
Tal vez los primeros meses no se note un cambio, pero eso no quiere decir que no esté ocurriendo. Te aseguro que si dejas algunos meses correr, tus hijos o tu pareja se comenzaran a distanciar, surgirán problemas y pronto parecerá como si no los conocieras.
Esos son solo 2 ejemplos de las consecuencias negativas que puede generar un cambio de dirección en la dirección incorrecta, y el desfase que existe entre la acción y la reacción.
Por fortuna, también ocurre a la inversa. Puedes hacer cambios en una dirección positiva adoptando buenos hábitos y los resultados no serán visible al instante, pero si eres consistente en el tiempo, es seguro que van a suceder.
Por ejemplo. Si en este momento comienzas a hacer una rutina de ejercicios de tan solo 20 min al día, 5 días por semana, los resultados los verías hasta unas 8 semanas después. Progresivamente, comenzarías a tener más energía, estarías de mejor humor, dormirías mejor, mejorarás tu nivel de salud y tu apariencia física.
Lo mismo ocurre, si cada día tomarás un momento para estar con las personas que te importan. Aunque no percibas un cambio de inmediato, a la larga generarás relaciones más fuertes y sólidas. Tendrás buenos momentos, mejorarás la comunicación, serán más unidos y fraternales, se amarán más y respetarán si esfuerzo y de forma natural.
Recuerda esto:
Los cambios en la vida no ocurren de inmediato, tienen un desfase de tiempo entre la acción y el resultado. Pero cada acción (o no acción) consecutiva y consistente, tiene un efecto a lo largo del tiempo, el cual puede ser negativo o positivo. Tú decides qué hacer y dejar de hacer cada día para tener los resultados que tu vida requiere.
Esto nos lleva al siguiente punto…
Lección 4: Pequeños cambios consistentes te llevan a un lugar completamente diferente
Los cambios no solamente son lentos, además son acumulables en el tiempo.
Por ejemplo, mínimos cambios de dirección al viajar en un avión o un barco, te pueden llevar a un destino completamente distinto pasadas algunas horas.
Si vas viajando en línea recta y cambias de dirección solo 1º (un grado) llegarás a un lugar muy alejado de tu rumbo inicial. Y entre más lejano sea recorrido (dure más tiempo), más diferente será el destino al que llegarás.
Lo mismo ocurre con nuestra vida. Pequeños cambios consistentes en tus acciones te llevan a una situación muy distinta a lo largo del tiempo.
Si comes comida «basura» a diario por varios años consecutivos, es predecible que tendrás graves problemas de salud muy pronto. Y entre más tiempo pase, más grave será el problema que se generé.
Lo mismo pasa si dejas de alimentar tus relaciones. Cuanto más tiempo pases distante, llegará el momento donde la ruptura será casi inevitable. [Artículo recomendado: Los mejores consejos amor que alguien te podrá contar]
A partir de ahora, mantén presente que:
Pequeñas acciones repetidas consistentemente en el tiempo, producen enormes cambios; tanto para bien como para mal. Todo depende de la naturaleza de la acción que decidas ejecutar.
Lección 5: Si no cuidas tu barco, el viaje termina
Un barco se puede oxidar, se puede fracturar y averiar. Por eso, hay que darle mantenimiento para tenerlo en óptimas condiciones y evitar que se hunda. Nadie quiere morir ahogado ¿Verdad?
Es increíble, pero, aunque sabemos todos que nuestro cuerpo se atrofia por la falta de movimiento y por darle «combustible» de baja calidad, preferimos ignorarlo.
A veces valoramos más los objetivos materiales que el material que forma parte de nosotros. Olvidamos que nuestro cuerpo es nuestro vehículo y templo de viaje. Y como cualquier herramienta que se desgasta y requiere cuidados.
Tal vez tu viaje no termine mañana debido a lo descuidado que tienes tu cuerpo, pero no será lo mismo vivir enfermo, deteriorado y lleno de medicamentos, que si estas saludable, cargado de entusiasmo y rebosante de energía.
[Articulo recomendado: Cómo alimentarte saludablemente y sentirte bien]
No hay cosa más importante que tu cuerpo. Porque gracias a él, tienes vida. Gracias a él puedes tener hijos (o sobrinos) y verlos crecer, puedes hacer el amor con tu pareja, puedes correr un maratón, besar a tus hijos, trabajar en tus proyectos y abrazar a tus padres…
¡Valora tu cuerpo como el tesoro que realmente es y cuídalo como tal!
[Artículo recomendado: Salud: el mejor tesoro que puedes tener]
Lección 6: A veces las olas y el viento serán aliados y otras veces adversos
En un barco, a veces el viento no será favorable y la marea será un tanto agresiva. Sin embargo, ambos forman parte del viaje.
Aunque los problemas y las dificultades van a aparecer a lo largo de los años, todo en conjunto formará parte de nuestra historia.
Por eso debes aprender a valorar y apreciar la vida con todos sus matices. Tal como lo haces cuando admiras una hermosa rosa con todas sus espinas.
No puedes recibir beneficios ni bondades sin esforzarte para conseguirlos. No puedes tomar agua moverte hacia ella para encontrarla. Esa es la naturaleza de la vida.
Contrario a lo que se puede creer, las dificultades nos hacen crecer y expandirnos como personas. Y debemos aceptarlas y «abrazarlas» como los maestros de crecimiento y transformación que realmente son.
Recuerda esto:
Un mar liso, nunca hizo a un marinero experto
– Proverbio
A veces la vida puede parecer injusta, pero es un regalo que se te dio entre muchas otras posibilidades. Un obsequio con una fecha de caducidad, que se pudo haber negado, y cuyo «timón» tienes en tus manos ahora mismo. Es tu decisión dejar pasar tus años viviendo a medias, o tomar un buen rumbo, con propósito y significado.
Lección 7: Dejarás una estela a tu paso
Un barco, al igual que lo hace una estrella fugaz, deja una estela a su paso que muestra su recorrido, su dirección y su trayectoria. Esta es una prueba clara y evidente de que estuvieron ahí, en algún punto de la historia.
Como ellos, tú también dejas un rastro a tu paso. Y puedes asegurarte de que tu pasar por el mundo no sea en vano. Que se perciban tus huellas como una clara prueba de que estuviste aquí, y que hiciste algo bueno y positivo en tu vida.
Puedes dejar un legado con tus actos y hacer la diferencia en el mundo, sintiéndote orgulloso por elegir vivir de la manera en que decidiste hacerlo.
Si al mirar atrás no encuentras tus huellas ni tu rastro, sabrás entonces que es momento de pisar más firmeza.
Maurino M. Loyola
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Ahora cuéntame ¿Qué te pareció esta analogía entre un barco y la vida? ¿Hay alguna lección que agregarías? Nos leemos en los comentarios. Y si te ha gustado, te invito a compartirlo con tus amigos. Al hacerlo, me ayudas y me impulsas a seguir entregándote más contenidos como este y te estaré muy agradecido. 🙂
Teniendo en cuenta la metáfora de que la vida es una travesía de mar, aunque exige esfuerzo todos nosotros podemos adquirir dirección diestra y aprender a navegar con éxito en el mar de la vida, «tenemos que combinar sabiduría, entendimiento y perspicacia» un escritor de la Biblia lo escribió hace 2 mil años
Gracias por compartir Lidia. Así es; desde que nacemos nos convertimos en “navegantes” de la vida. Y es nuestro deber aprender a tomar dirección y sentido a lo largo de cada etapa. 🙂
Espero todo vaya muy bien.
¡Un abrazo!