Cuidado, las metas y objetivos que tienes hoy no los querrás mañana
Puedes pensar que las metas y objetivos que tienes en este momento serán las mismas a lo largo de los años. Es lo que la gran mayoría de gente piensa. Sin embargo, si estás aquí, es mi deber decirte que no siempre es así. Lo que puedes querer hoy, podrías no quererlo mañana. Y aunque esto podría parecerte algo simple, afecta tu vida más de lo crees.
Aunque en este momento creas tener la certeza de que aquello que buscas y anhelas es un deseo genuino, la verdad es que solo se necesita un pequeño evento en tu vida para que aquello que dices querer, desear o necesitar cambie de un momento a otro.
Tus metas están ligadas a tus circunstancias, creencias y conocimientos
Todo lo que quieres ser, hacer y tener, cualquier cosa que sea, está ligado a tu manera de pensar, a tu entorno y a lo que conoces sobre el mundo. Tus deseos, metas, aspiraciones y necesidades están estrechamente relacionados con tus creencias y conocimientos.
Lo que quieres ahora podría cambiar en un instante, solo hace falta una pequeña perturbación de un agente externo para que cambie tu vida para siempre.
Créeme, lo que te estoy contando es más importante para tu futuro de lo que parece. Tener en cuenta esto puede significar sacarle el máximo provecho a tu vida en cada etapa, o pasar tus más gloriosos años persiguiendo algo que realmente no quieres. Evita estar al final de tus dias llena de arrepentimientos por no haber hecho las cosas diferentes y no perseguir aquello que realmente te hacia vibrar desde el corazón.
Las metas de hoy podrían solo ser para hoy
Cuando te digo que solo necesitas una pequeña perturbación, realmente es así. Solo necesitas el libro correcto, el blog adecuado, la canción con la letra perfecta, o conocer a una persona con una manera peculiar de pensar.
Para cambiar lo que quieres de la vida solo es necesario un acontecimiento que te haga abrir los ojos y ampliar tu mente de tal forma que puedas ver el mundo como nunca antes lo habías hecho.
Es un punto de inflexión que cuando ocurre, cambia tu interior, tus prioridades, tus deseos y tus sueños. ¡Lo cambia todo!
Lo que hoy quieres tal vez no lo quieras en 5, 10 o en 20 años, porque tu manera pensar y sentir va cambiar conforme tengas experiencias más diversas y enriquecidas.
Podrías comenzar hoy con mucho entusiasmo, persiguiendo una meta que quieres para 5 o 10 años en el futuro, y al cabo de 2 o 3 años darte cuenta que has estado persiguiendo ciegamente una escena que realmente no quieres ni necesitas.
Tus metas y objetivos pueden cambiar aún sin haberlas conseguido
Todos cambia, nada permanece. Y lo que hoy quieres puede variar mucho conforme tu vida evoluciona.
Puedes ahora mismo querer conseguir una meta con todas la ganas del mundo, y tiempo después darte cuenta que en realidad deseas algo diferente. Es algo complementa normal y no significa que seas un perdedor o un mediocre. Las experiencias nos moldean y abren nuestra visión hacia otros caminos.
¿No me crees? Pongamos un ejemplo…
Es típico ver a una chica que comienza con muchas ganas su carrera universitaria. Tiene la idea lograr grandes metas académicas y profesionales. Quiere éxito y reconocimiento; tal vez quiere ser abogada, ingeniera, medico, historiadora, veterinaria o psicóloga.
Todo va bien… termina su carrera, encuentra un empleo y comienza a trabajar y escalar la pirámide corporativa. Quiere obtener un buen puesto de trabajo; algo que sea considerado de alto prestigio ante la sociedad… ¿Te suena? Seguro que si 🙂
Tiempo después de salir de universidad, tal vez 5 o 7 años (incluso antes) conoce a un joven. Toman algunos cafés, tienen química a nivel físico, mental y espiritual, se enamoran, se casan y tienen su primer hijo.
Los primeros meses de maternidad todo va bien, ella está feliz con su bebé. Sin embargo hay algo que la comienza perturbar… Es la idea de regresar al trabajo.
Ahora no quiere separarse de su bebe, lo ama más que cualquier cosa en el mundo. No quiere estar lejos de él y prefiere sacrificar su éxito profesional a perderse los mejores años que podrá vivir como madre.
El trabajo y los deseos de éxito profesional los ha dejado a un lado, y han quedado apocados ante la presencia del lindo recién nacido. Ahora ya no es tan importante conseguir ese puesto de gran prestigio. Ha dejado de interesarle lo que piensa o dice la gente y su máximo enfoque es estar con su bebé; cuidarlo y verlo crecer. Tiene nuevas prioridades y se comienza a replantearse un futuro distinto…
Esta historia no está alejada de la realidad, de hecho estoy seguro que conoces un caso así, incluso si eres mujer es posible que lo llegues a vivir o lo hayas vivido en algún momento. Es algo por lo que pasan muchas mujeres profesionistas cuando se convierten en madres, y es un excelente ejemplo de la idea que quiero de transitarte en este artículo.
Lo que hoy quieres está directamente relacionado a tus circunstancias, tus creencias y a lo que conoces del mundo en este momento. Y solo necesitas una perturbación o un punto de inflexión que te permita ver el mundo de otra forma y cambiar por completo lo que quieres hacer con tu vida.
Es así de simple y así de sencillo. Tus metas y objetivos no son tan importantes como crees, pueden cambiar de un momento a otro. Solo necesitas un suceso que modifique tu manera de ver el mundo y te haga ver la vida desde otra perspectiva u otro escenario.
Actualiza y valida tus metas y objetivos constantemente, esa es la clave
La chica profesionista que se convierten en mamá, es solo un ejemplo de la facilidad con la que puedes cambiar a tus metas, sueños y objetivos. Sin embargo te podría contar muchos ejemplos más. Como cuando lees un buen libro que cambia tu manera de pensar, o una canción con un gran mensaje que llega en el momento perfecto para impulsarte a tomar un nuevo camino. O tal vez una persona que conocerás en tus próximas vacaciones y te hace ver que el mundo de otra manera.
Es por eso que necesitas mantener tus metas actualizadas y validarlas constantemente.
Debes hacer una revisión de tus metas y objetivos cada cierto tiempo para saber si aún siguen vigentes, y verifica que tus acciones diarias están alineadas con esas metas.
Te sorprendería ver la cantidad de personas que comienzan con una meta o un fin en mente y lo siguen ciegamente por años, sin actualizarse o detenerse a pensar si lo que persiguen aún es tan llamativo como parecía en un principio.
Lo que brilla ante nuestros ojos al amanecer, podría verse muy diferente al atardecer.
Muchos inician trabajando en un empleo con muchas ganas y entusiasmo. Pasan 10 o más años y de pronto se dan cuenta que estuvieron persiguiendo metas que no los estaban llevando a ninguna parte que ellos querían.
Se dejaron guiar por la rutina sin actualizar sueños, y años más tarde se dieron cuenta que no sabían hacia dónde se dirigían ni lo que realmente querían hacer de su vida.
Es por eso que hoy quise hablarte de esta pequeña pero poderosa idea. Para que no hagas lo que hace la mayoría, y actualices y valides tus metas y objetivos constantemente.
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Puede ser cada mes, cada tres meses, seis meses o cada año, pero nunca te olvides de hacer una revisión para verificar si las metas con las que iniciaste siguen vigentes e inmutables a lo largo de los años. De esta forma evitarás desperdiciar valiosos años en actividades que no disfrutas y no te llevan a ningún lugar deseado.
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