El pensamiento cortoplacista; un problema que te impide conseguir lo que quieres
El pensamiento a corto plazo o pensamiento cortoplacista, es un problema que cargamos la mayoría de personas en diferentes áreas de la vida. Ya sea en nuestra alimentación, en nuestra carrera profesional, en el aspecto financiero, en la salud, o nuestras relaciones personales, pensar a corto plazo impide que mejoremos nuestra vida a voluntad.
¿Qué es el pensamiento a corto plazo?
El pensamiento a corto plazo es algo que prevalece en la mente humana desde hace mucho tiempo. Incluso desde antes de ser capaces de pensar e imaginar el futuro.
Se trata la búsqueda por obtener una recompensa fácil, rápida y placentera. Queremos evitar el dolor y el peligro a toda costa, enfocándonos plenamente en nuestra satisfacción momentánea y al menor esfuerzo posible.
Esta manera de pensar fue básica para nuestra supervivencia. Nos permitió enfocarnos en la búsqueda de alimentos, de protección y de pareja. Sin embargo, al igual que el miedo, esta manera primitiva de pensar, no es algo que funcione en el mundo actual.
El pensamiento cortoplacista te impide lograr objetivos a largo plazo
El mayor problema que tiene el pensamiento a corto plazo es la imposibilidad de lograr objetivos que realmente valgan la pena, es asi de simple.
Si algo quieres, algo te cuesta, y si no estás dispuesto a mantener una disciplina inquebrantable, y pasar dificultades, o un dolor soportable por un lapso considerable de tiempo para lograr cualquier cosa que te propongas, o que consideres valiosa, entonces tu vida se mantendrá estancada.
Ojo, no estoy diciendo que tu vida no cambiará. Como te he comentado, todo cambiará tarde o temprano quieras o no para bien o para mal. Sin embargo, el pensamiento cortoplacista te impidiera cambiar tu vida a voluntad, ya que cualquier decisión que tomes requerirá de una serie de acciones constantes, mirando varios meses, o incluso años en el futuro.
Si todo lo que haces es pensando en tu beneficio, comodidad y satisfacción a corto plazo, entonces no podrás lograr nada (de valor) que realmente valga la pena. Y créeme, no estoy siendo pesimista.
Al pensar a corto plazo solo buscarás el beneficio que te ofrecen las cosas fáciles, placenteras, seguras, rápidas y que requieren el menor esfuerzo posible. Por lo tanto, siempre vivirás al día, lo cual no es malo cuando disfrutas el ahora, pero jamás podrás lograr algo que te haga sentir orgulloso. Y aunque ahora no lo veas, esto te podría traer muchos arrepentimientos en el futuro.
¿Por qué pensar a corto plazo afecta tanto nuestra vida?
Lo que es fácil, rápido, seguro y placentero, nos brinda recompensas y beneficios inmediatos. Esto actúa como una droga para nuestra mente. La cual busca placer y satisfacción, y quiere alejarse lo más posible del peligro y el dolor.
Por eso es más fácil comer los alimentos que engordan en vez de mantener la disciplina para lograr el objetivos de estar saludable y en buena forma física. Los alimentos azucarados y procesados nos brindan una recompensa fácil e inmediata que está alineada con nuestro instinto de supervivencia; por eso al cerebro le encanta.
Nuestra mente no ha evolucionado lo suficiente para recibir alimentos extremadamente concentrados en grasas y carbohidratos. Solo conoce las concentraciones y el tipo de azúcar en frutas, verduras y semillas; todo aquello que procede directamente de la naturaleza. Ese es el tipo de alimentos para los que se adoptó nuestro cerebro a través de los millones de años.
El pensamiento a corto plazo no solo afecta nuestros objetivos de salud. También nos impide invertir en nosotros mismos. Es más cómodo utilizar nuestro pensamiento cortoplacista que no requiere ningún de tipo de esfuerzo en ir a la agencia y estrenar un automóvil a pagos mensuales, tomando una deuda de varios años que tendremos que pagar con mucho trabajo y esfuerzo.
Es más fácil sacar la tarjeta de crédito del bolsillo y comprar un televisor moderno que solo buscara satisfacernos a corto plazo, consumiendo contenidos de todo tipo (la mayoría de ellos basura) en vez de pensar a largo plazo y utilizar ese tiempo en crear algo mejor para nuestro futuro y el de las personas que amamos.
Es más cómodo y placentero estar sentado todo el día y decir que no tienes 20 o 30 min al día para hacer algunos ejercicios cardiovasculares intensos que activen tu organismo y te hagan sentir bien. Esto aún sabiendo que a largo plazo el beneficio será tener más salud y una reducción drástica en tus posibilidades de contraer enfermedades.
Evitamos el dolor y el esfuerzo, pensado en comodidad y satisfacción a corto plazo, sin embargo, no hay que olvidar que el trabajo, la voluntad, la disciplina, la constancia, y la perseverancia, son las cosas nos pueden dar más recompensas en el futuro que aquellas que funcionan a corto plazo.
El pensamiento a corto plazo afecta tu nivel de ingresos
Una persona que se prepara en cierto campo, estudiando y/o practicando alguna especialidad (ingeniería, medicina, música…) puede tener más ingresos que una persona que hace actividades básicas y relativamente sencillas como limpieza o conducción de vehículos para el transporte.
¿Por qué? Pues porque entre más fácil es aprender una actividad, y menos esfuerzo requiere, entonces más personas estarán capacitadas para hacerlo. Incluso alguien podría no saber cómo hacer cierta tarea, y capacitarse en tan solo día o una semana.
Lo mismo ocurre entre la diferencia en un empresario (tener tu propio negocio) y tener un empleo. Como empleado, puedes ser contratado rápidamente y comenzar a ganar dinero desde las primeras semanas de trabajo, obtenido el fruto de tu esfuerzo a corto plazo.
Esto es muy diferente a lo que sucede al crear tu propio negocio. Al principio no obtendrás ningún fruto en los primeros meses o incluso años de trabajo. Sin embargo, si el negocio va bien y próspera, entonces podrás obtener grandes beneficios a largo plazo. Unos beneficios que superaran con creces (en la mayoría de casos) los de un empleo convencional por cuenta ajena.
Como puedes darte cuenta, el pensamiento a largo plazo funciona mejor, ya que nos permite crear algo de gran valor a través de tiempo. Algo que no puede ser posible a corto plazo. Puedes crear salud, dinero, relaciones personales prósperas, encontrar un empleo bien remunerado o generar una empresa sólida que te de grandes beneficios. La visión a largo plazo paga mejor que el pensamiento cortoplacista.
Cómo eliminar el pensamiento cortoplacista
Pensar a corto plazo está dentro de nuestra mente, no podemos evitarlo. Queremos placer, seguridad y evitar el dolor a toda costa; es algo instintivo. Es por eso que la única forma de combatir el problema es utilizando nuestra parte más evolucionada del cerebro; la razón.
Debemos tomar conciencia de aquellos impulsos que surgen de manera automática e involuntaria ante los estímulos externos, y pensar a largo plazo.
Si vas a la tienda y tomas una caja de galletas, piensa en todo lo que te van a afectar a largo plazo estéticamente y en tu salud. Y en vez de imaginar lo sabrosas que estarán momentáneamente, imaginate con unas prominentes «llantitas» en la parte abdominal. Tal vez esto te haga dejar la caja de deliciosas harinas horneadas en su lugar. Además se ve mejor en el estante del supermercado que en tu cocina ¿No crees? 🙂
Lo mismo aplica para una caja de cigarros, un refresco, o algún otro tipo de comida procesada.
Si quieres estudiar una carrera universitaria que crees que es fácil, y por eso la vas a estudiar, entonces piensa a largo plazo. Si es fácil, mucha gente logrará terminar esa carrera, y tu poco esfuerzo no te va a beneficiar tanto. Y eso que aún no estamos hablando sobre tu propósito o sobre aquello que quieres hacer con tu vida.
Si estás creando un negocio y quieres tirar la toalla porque es muy difícil, entonces acuérdate de tus razones iniciales. No olvides tus motivos y piensa a largo plazo. Prueba cosas diferentes a lo que has hecho hasta ahora, y realiza una prueba que reafirme y de validez a tu idea de negocio.
Una vez que sepas que hay mercado para lo que estás haciendo y es algo que sientes en el interior que debes hacer, entonces persevera. Por qué solo pensando a largo plazo es como tu idea va a madurar y generar frutos.
Para dejar el pensamiento a corto plazo, no existe una fórmula mágica. Solo debemos tomar conciencia en el preciso momento y preguntarnos:
¿Lo que estoy a punto de hacer (comer, comprar, ver, decir, decidir) tiene beneficios o unos objetivos claros a largo plazo? ¿Esto es algo que me hace disfrutar verdaderamente el ahora, o solo es un medio de satisfacción vacía y momentánea que en realidad me afecta más de lo que me beneficia? ¿Hay algo mejor que puedo hacer que me beneficie ahora y también a largo plazo?
Las acciones con recompensa inmediata pueden ser útiles para disfrutar el momento presente, sin embargo hay quienes solo tienen acciones de este tipo. No piensan a largo plazo. Y si lo hacen, no tienen la mentalidad adecuada, ni la disciplina para ser constantes en el tiempo.
¿De qué manera puedes construir o conseguir algo valioso, si no eres capaz de mantener la constancia?… Esa la única clave. 😉
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Ahora es tu turno, cuéntame ¿Te sientes afectada(o) por el pensamiento a corto plazo? ¿Por qué crees que es tan difícil mantener una constancia para lograr lo que queremos?
Nos leemos en los comentarios. Y si te ha gustado, por favor no olvides compartilo con tus amigos. Si lo haces me ayudas a seguir generando contenido como este y te estaré profundamente agradecido.
¡Un abrazo!
Gracias por estas palabras. Era lo que estaba buscando. Realmente excelente. Estuve en terapia y no conseguí lo que ahora entiendo. Gracias