¿Quieres una tarjeta de crédito? ¿Ya tienes una? tírala ahora mismo
Tienes una tarjeta de crédito pre-aprobada. Disfruta de ella y ayúdate con tus finanzas personales. clic en el enlace y disfruta de los beneficios…
¿Ayúdate en tus finanzas personales?, ¿cuántas personas caen a diario con mensajes como este?
Recibí este SMS hace algunos días. No sé si te han llegado “promociones” de este tipo, pero a mi este mensaje sí que me dejo sorprendido.
Bancos y demás entidades financieras lanzan publicidad como está a miles de personas a diario. Siempre con la finalidad de que caigan y tomen una tarjeta de crédito que generalmente no necesitan.
El gancho es típicamente ya conocido; una esperanza de solucionar o ayudar mejorar nuestra economía… pero ¿de verdad quieren ayudarnos?
Algo si es seguro, quieren poner a trabajar su dinero presentándote a ti. Bueno, dicho de otra forma, quieren darte su dinero y ponerte a trabajar para que les pagues bastante más de lo que te prestan. Suena un poco duro, pero es la realidad.
Como ya hemos visto en otros artículos, los créditos financieros o préstamos, forman parte de las cinco estrategias para mantener el sistema económico global, y si no sabes manejarlos, podrías adentrarte cada vez más en el mundo de esclavitud moderna que tenemos actualmente.
¿Quieres una tarjeta de crédito? piénsalo nuevamente
Al tener tarjetas de crédito dispones de dinero que antes no tenías, eso es verdad, sin embargo debes tener en cuenta que NO es tu dinero, es dinero prestado de alguien más. Tal vez del banco y/o de algún inversionista que quiere recibir buenos rendimientos.
Ellos, al prestar su dinero quieren recibir beneficios, obviamente; es un negocio. Si recibes dinero prestado mediante una tarjeta de crédito, debes devolver ese importe recibido + intereses + gastos y comisiones bancarias. Creo que eso todos lo sabemos, sin embargo, hemos demostrado que como especie, a menudo mostramos una desconexión total entre lo que hacemos y lo que sabemos.
En realidad el dinero crediticio no es tuyo, porque aún no lo has generado; no te lo has ganado. Y cuando lo ganes, tendrás que entregarlo con las debidas bonificaciones para el beneficiario que te ha prestado.
¿Las tarjetas de crédito son malas?
No me mal interpretes, las tarjetas de crédito no son malas. Lo malo es la mentalidad y la ignorancia de muchas personas que las utilizan. Es la carencia de conocimiento, autocontrol y el consumismo que suele ser más fuerte que la razón.
Cuando la persona promedio se queda sin dinero, recurre a dichas tarjetas o préstamos para poder comprar algún lindo artículo que está de moda en algún estante del centro comercial.
No se pueden contener a sus deseos de comprar » ¿Cómo perderse la “oportunidad” y aprovechar ese atractivo “descuento”?
Los créditos son instrumentos para avanzar más rápido
Una tarjeta de crédito es una buena herramienta financiera cuando sabes utilizarla.
Por ejemplo, si tomas un préstamo para invertir en algún proyecto que te dejará frutos a corto, mediano o largo plazo, entonces usar una tarjeta de crédito o cualquier otra forma de préstamo, es algo bueno. Estarás invirtiendo dinero que no es tuyo para crear algo que si será tuyo a la larga ¡Eso es genial!
Será algo que te generará beneficios y le dará beneficios a la(s) persona(s) que te están dando ese crédito para que lo utilices como mejor te plazca. De esta forma todos ganan.
Por el contrario, si usas el dinero crediticio solo para comprar cualquier producto basura que no necesitas, que solo pretende elevar tu ego, y que encuentras en cualquier tienda bien parecida, entonces quienes van a ganar serán solo quienes te están prestando ese dinero, y por supuesto, también las tiendas donde lo estás gastando.
Sí, sé que te llevarás una satisfacción momentánea al tener ese producto en tus manos y podrás presumir a tus conocidos, deleitándote al tener algo envidiable. Incluso tal vez vas a tomarte un selfi para subir a redes sociales… pero todo queda ahí.
Muchas personas se endeudan solo para mostrar una vida que otros quisieran tener, tratando de vivir de las apariencias y vendiendo su verdadera vida a cambio. Pero solo recuerda: no necesitas agradar a todo el mundo, solo a las personas adecuadas.
Tú eres el responsable de la manera en que usas tus tarjetas
En lo personal, no me gustan las tarjetas de crédito, no tengo ninguna. Si quiero comprar algo (que sea un gasto), trato de generar el dinero para adquirir solo cuando lo necesito, buscando siempre utilizar dinero mío, previamente ganado y no prestado. De esta forma me aseguró que lo que quiero comprar lo merezco realmente, porque tengo la solvencia necesaria para ser acreedor.
Si lo que quiero o necesito es una inversión y no tengo el dinero, trato de buscar la manera de no recurrir a préstamos que me ahoguen con los intereses. A menos que sea una buena estrategia con beneficios, trato de evitar aquellos préstamos que no llevan a nada, y que me pueden restar tranquilidad y sumar tensiones y preocupaciones.
Si te gusta utilizar tarjetas de crédito porque es una afición o porque crees que es súper fashion cargar decenas de plásticos con líneas magnéticas en la cartera, entonces asegúrate de que sean tarjetas de débito, es decir, que contengan dinero tuyo y solo tuyo.
Si usas las tarjetas como medio para satisfacer deseos que no te lleven a ninguna parte, entonces te diría que lo pienses nuevamente y te replantees si en verdad necesitas recibir créditos.
Piensa que cada interés que debas pagar, será dinero que tendrás que generar con creces; vas a tener que trabajar para reponer esa cantidad y más.
Colócalo todo en una balanza. Pregúntate si lo que vas a comparar vale semanas o meses de trabajo… tiempo que pasas lejos de tu familia, a veces estresado, desanimado y cansado.
Busca ser quien otorga los créditos
Hay gente que quiere dinero para invertir y otros que lo quieren para gastar, ¿en dónde te ubicas tú?
Cómo te dije antes, lo mejor que puedes hacer, con o sin dinero, es invertir en ti mismo. Una vez que tengas la mente amplia, podrás elegir tus acciones financieras con mayor criterio. Y serán acciones con bases sólidas.
Por supuesto que no se trata de invertir solo porque sí. Debes tener fuertes cimientos personales. Necesitas tener propósito(s) de vida que te den un indicio del camino correcto.
Cuando tomes acción partiendo de con buenos cimientos y conocimiento de buenas fuentes, te olvidaras de comprar cualquier cosa, y comenzaras a crear algo que te genere satisfacción, orgullo y crecimiento. Al llegar a este punto habrás adoptado buenas costumbres, y preferirás mil veces una vida minimalista.
Ahora lo sabes, en vez de ser el deudor, prefiere ser el inversor. Conviértete en el prestamista. Y al menos que quieras usar dinero prestado para un proyecto que te dará frutos en el futuro, olvídate de las tarjetas de crédito y los préstamos bancarios. ¡Conquista tu libertad!
◊♦◊
Se bien que este artículo podría no gustarle a aquellos que se dedican a la venta de tarjetas de crédito o a quienes trabajan en un banco. Lo entiendo perfectamente. No es mi intención afectar el trabajo de nadie. Solo pretendo que aquellos que recurren a endeudamiento excesivo, y que a veces no pueden pagar, reflexionen un poco y adopten una nueva manera de vivir; más equilibrada, sana y enriquecedora. A la vez, todo esto se traducirá en una sociedad más feliz y que esté en armonía con el medio ambiente.
Ahora dime ¿Qué piensas?, ¿Usas tarjeta de crédito? si es asi, ¿para qué la utilizas?
Nos leemos en los comentarios y si te ha gustado, te invito a compartirlo con tus amigos. Al hacerlo me ayudas y me impulsas para seguir entregándote más contenido como este y te estaré muy agradecido. 😉