No importa lo que sabes, sino lo que haces
Hace algunas semanas atrás te conté acerca de la importancia de ser, hacer y tener; dónde todos nuestros actos deberían estar en armonía y estrechamente alineados con nuestros deseos más profundos. Hoy quiero complementar ese artículo hablándote acerca de una debilidad humana. De ese impulso innato que muchas veces tenemos por actuar de manera incongruente con nuestras aspiraciones personales, y que afecta también nuestro bienestar colectivo.
Son muchas las ocasiones en que, aunque sabemos lo que es bueno para nosotros mismos a largo plazo, tendemos a actuar de una forma totalmente contraria, y que por lo tanto, arrojara unos resultados que estarán en contra de nosotros mismos.
Muchas veces sabemos lo que tenemos que hacer y aun si no lo hacemos.
Una desconexión entre los que hacemos y lo que sabemos
Pongamos algunos ejemplos:
Sabemos cuáles son los alimentos que NO debemos comer, y los comemos. De la misma forma sabemos que alimentos son buenos para nuestra salud y los evitamos en varias ocasiones.
Tenemos la certeza de que hacer ejercicio habitualmente también es benéfico para el cuerpo y para vernos y sentirnos bien, pero preferimos dejarlo como algo secundario » “Ya haré ejercicio o iré a gimnasio cuando tenga tiempo”« es lo que mucha gente tiende a decirse a sí misma.
Otro ejemplo; sabemos que la naturaleza (de la cual formamos parte) está siendo gravemente afectada por el consumo excesivo y la producción en masa. Sabemos que no es algo sustentable a largo plazo y que tarde o temprano nos pasará factura. Aun así, seguimos generando todo tipo de desechos no biodegradables. Con ello, afectamos y aniquilamos especies en el planeta… Lo sabemos, pero no es suficiente para nosotros.
Sabemos que necesitamos generar lazos con las personas que amamos pero en vez de eso, los dejamos a un lado, y preferimos estar en el trabajo horas extras; en un lugar donde nos valoran sólo como un recurso humanos más, y en el cual posiblemente nos despidan en 1, 5 o 10 años.
Tenemos esa y muchas otras incongruencias en nuestros actos. Y es que a pesar de creernos seres racionales, pareciera que la razón NO nos funciona adecuadamente a nivel individual y mucho menos a nivel colectivo.
¿Qué pasaría si alineamos nuestros conocimientos con nuestras acciones?
Dime, ¿qué pasaría si alineáramos lo que sabemos con lo que hacemos?
¿Qué ocurriría si tomáramos iniciativa y tocáramos las puertas para que se abran, en vez de esperar a que algún salvador llegue a rescatarnos, y nos ponga más oportunidades frente a nosotros?
Qué pasaría si en vez de solo saber que es malo tomar refrescos, sodas, harinas procesadas o cualquier otro tipo de comida chatarra, eligiéramos actuar en congruencia con nuestros conocimientos, y en vez de solo saberlo, evitáramos por varias semanas consecutivas este tipo de comida hasta formar buenos hábitos alimenticios.
Y es que la incongruencia nos afecta a todos. Muchos médicos o nutriólogos saben bien lo que es bueno para salud, y aun así puedes verlos tomando Coca-Cola o añadiendo azúcar a sus bebidas.
Del mismo modo un profesor de colegio, estudia estrategias pedagógicas, inteligencia emocional, y habilidades sociales, y aun así, muchos no transmiten ni aplican esos conocimientos en sus alumnos, ni con sus propios hijos.
¿Por qué ocurre esto?
Creo que hay muchos factores para que actuemos de esta manera, pero los principales considero que son 5:
- Pensamos a corto plazo. Queremos resultados inmediatos y preferimos lo que es más cómodo ahora, que el esfuerzo y la constancia que da beneficios a la larga.
- Somos seres emocionales y por eso queremos sentir y disfrutar, a pesar de que la razón nos diga que hacer algo repetitivamente es dañino con el tiempo, ya sea para nosotros o para el medio ambiente.
- Nuestro entorno moldea gran parte de nuestras acciones rutinarias. Seguimos la tendencia y lo que hace la mayoría sin cuestionarlo.
- Nunca nos enseñan como formar buenos hábitos, a pesar de ser una habilidad que al ser adquirida, tiene el potencial para transformar nuestra vida por completo.
- Solemos ser apáticos y desinteresados en aquello que NO nos afecta directamente, o no parece malo a corto plazo.
Esas son las cinco razones principales por la cuales considero que no actuamos a pesar de saber que algo será bueno para nosotros y/o para los que nos rodean. Si crees que hay alguna otra razón, te invito a que la compartas aquí debajo en los comentarios.
El reto ha llegado
Necesitamos elevar nuestros estándares y conocer nuestros mínimos aceptables.
Debemos dejar de tolerar ciertas acciones que no benefician a nadie; ni siquiera a nosotros mismos.
Es por eso que te propongo que hagamos un reto. Vamos a elegir tú y yo, alguna acción que sabemos que NO está bien; que no beneficia a nadie ni a nada, y la vamos a cambiar por la acción pertinente; aquella que si es benéfica, que nos ayuda a vivir mejor y a ser mejores personas.
¡Elige una! Puede ser por ejemplo, lo contrario a NO hacer ejercicio, lo contrario a tomar bebidas con azúcar añadida, o lo contrario a NO dedicar tiempo a tu familia diariamente.
Elige la acción que sabes que debes hacer y hazla por 1 mes sin parar.
30 días actuando de forma congruente con lo que sabes
Cuando completes el mes, y lo hayas conseguido, por favor regresa a este artículo [guarda este enlace], y cuéntame, ¿cómo te has sentido? y ¿de qué manera ha cambiado tu vida? [Puedes hacerlo abajo en los comentarios].
Este reto te lo propongo para que tomes acción inmediata, pero por favor no creas que tienes que lograr un gran cambio. Solo un pequeño cambio es suficiente… es así como mejoran las cosas progresivamente.
Si por alguna razón fallas un día, no pasa nada. Solo trata de no perder la constancia. Al día siguiente continúa sin afligirte ni detenerte, tal como un(a) doer imparable.
◊♦◊
Comienza hoy mismo. Haz un pequeño cambio que te haga sentir que hay una conexión entre lo que sabes y lo que haces…¡Ya me contaras como te fue!… 😉
Mi reto es adelgazar y mejorar mi relación con la comida.Yo ya llevo varios días haciendo ejercicio, y comiendo más sano. Cuenta al principio, sobretodo por las inercias, y luego también porque queremos resultados enseguida, y la mente nos juega malas pasadas, porque es «vaga», o no quiere que salgamos de la zona de confort, y te rumia…diciendote: «Come un poquito de chocolate, un poquito nada más, luego sigues con ese plan de adelgazamiento que te has montado»…Así habla nuesta mente, maleducada, es cierto, no nos educan para que sepamos manejar a nuestra mente, a nuestras emociones, y así nos va…parecemos zombis. Pero, también nos cuenta accionar, ponernos en acción…pero cuando te pones en plan firme y coges el mando de la mente y le dices: «Ahora soy yo la que voy a manejar el cotarro», la mente se achica…oye…así de fácil, mandarla a callar…tan simple…y tan difícil a la vez. Porque es cansina, y va insistir, pero bueno…una vez que pase un tiempo todo se vuelve un hábito y coge uno más confianza.
Pues allá voy con el reto…yo voy adelgazar…Lo voy a conseguir.! Compartiré resultados.
Genial Ros. Yo tambien tengo un reto para hacer ejercicio habitualmente. Espero que todo vaya muy bien con el tuyo.
Cómo consejo te diría que prepares tu entorno, es decir, aleja de ti toda la comida que sabes que no te hace bien. De esta forma no tienes que dejar el trabajo a tu fuerza de voluntad.
Incluso puedes pedir a tu familia y a las personas que te rodean que te ayuden, que no te acerquen o te ofrezcan alimentos podrías sentirte tentada a comer.
Ya nos contarás que tal de fue. 😉
¡Un abrazo!