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¿Por qué hago lo que hago y cómo me afecta?

¿Por qué hago lo que hago? Nuestro futuro está definido en gran medida por la calidad de preguntas que nos hacemos. A mejores preguntas, mejores respuestas.

Cuestionarte lo que haces cada día y tomar consciencia de ello es un primer gran paso hacia una mejor vida; de salud, satisfacción, propósito, logros y realización personal.

¿Por qué haces lo que haces?

La situación en la que te encuentras ahora mismo y la gran parte de lo que has vivido hasta el momento, ha sido definido en su mayoría por tus decisiones, los cuales te condujeron a las acciones que te trajeron los resultados que has tenido y estás viviendo en este momento.

Gran parte de lo que eres, haces y quieres tener fue definido por tu entorno, tus experiencias y por las personas que te rodean.

Tu historia, tus padres, tu pareja, tus pasatiempos, tu cultura, la educación que recibiste, la religión que te impusieron de pequeño, la escuela donde estudiaste, tus experiencias (buenas y malas), la suerte, tu genética, la zona dónde naciste, tus amistades… todo lo que has conocido y aprendido, te ha marcado, y ha creado la autoimagen y el autoconcepto que tienes. De alguna forma u otra todo eso ha generado lo que eres, piensas, crees y haces en este momento.

Todo lo que has vivido ha cooperado para convertirte en la persona que eres. Eso incluye por supuesto, aquellas acciones que has decidido tomar y que, con el paso del tiempo y la repetición, muchas de ellas se han convertido en rutinas y hábitos que ahora forman parte de ti.

Piénsalo, la mayoría de cosas que haces a diario las has estado repitiendo por muchos años sin darte cuenta. Poco a poco se han convertido en rutinas, que sin importar si son buena o malas, te has acostumbrado a ellas; las has repetido por años o incluso décadas, y han creado la realidad que ahora estás viviendo.

Lo que haces lo repites a diario porque es algo seguro, predecible, conocido y cómodo. Por eso no cambias tus patrones de conducta y haces lo que haces una y otra vez por años. Esto es lo que comúnmente se conoce como zona de confort.

Tus rutinas y hábitos definen tu presente y tu futuro

Todo lo que haces te define ahora y te definirá en el futuro. Por ejemplo, la hora en la que te levantas, las primeras actividades que haces en el día, el tipo de alimentos que acostumbras consumir, el contenido que miras en redes sociales, el tipo de libros lees (si es que acostumbras leer), el tipo de personas que consideras parejas potenciales, los temas de conversación que tienes cuando estas con tu familia y amigos, la cantidad de horas que dedicas para hacer ejercicio a la semana… prácticamente todo lo que haces cada día, lo haces porque así lo has aprendido de tu entorno.

lo que haces te define ahora y te definirá en el futuro

Cada actividad, desde que te levantas por la mañana hasta te acuestas por la noche, fue influido por lo que aprendiste de la gente a tu alrededor y tu entorno inmediato. Incluso tu hora de dormir y de levantarte fue definida en base a los hábitos que aprendiste de otras personas.

Cuando vemos una conducta de forma repetida a lo largo de los años, lo normalizamos en nuestra mente. Con el tiempo, un acto que comúnmente se puede considerar inapropiado, peligroso, improductivo, o inútil puedes llegar a verlo como algo normal y aceptable, a tal punto que podrías comenzar a imitarlo creyendo que lo que haces está bien o es necesario.

Esa es la razón por la que muchas personas se alimentan mal. Toman sodas y refrescos, exceso de harinas procesadas y grasas, muy pocas frutas y verduras, no hacen ejercicio, no leen, no valoran el descanso, ni cuidan el tipo de personas con las que conviven. Incluso aquellos que se dedican al robo y delincuencia lo hacen porque dentro del entorno donde se desenvuelven es lo normal, y por eso en algún momento lo llegaron a ver como algo posible, necesario y aceptable.

Si desde pequeño viste que la gente a tu alrededor tenía ciertas rutinas, comportamientos y hábitos, con los años te acostumbras a tales acciones hasta llegar al punto de considerarlas como normales, adecuadas y/o necesarias.

Cuando ves a la gente repetir un mismo tipo de comportamiento una y otra vez, y ves que no pasa nada (a corto plazo o a simple vista), entonces no lo consideras tan malo, sobre todo si es algo que causa satisfacción, comodidad y saciedad. Por ejemplo, adoptas malos hábitos como la falta de ejercicio, hablas mal de la gente a sus espaldas, o comes alimentos con excesiva azúcar.

Los patrones de conducta que adoptaste afectan tu futuro laboral y financiero

Incluso los actos y comportamientos de las personas que te rodean te afectan a tal nivel que, por ejemplo; si la mayoría de ellos trabajan para alguien más, es decir, tienen un empleo. Tu tendencia natural será convertirte en empleado cuando seas adulto. Será muy difícil que pienses en emprender y crear tu propio negocio cuando la mentalidad e ideas que obtuviste de tu entorno fueron lo opuesto.

Del mismo modo, si creciste entre personas a la cuales les gusta hacer negocios, piensan en hacer inversiones, y generar ventas, será muy probable que cuando seas mayor, tiendas a crear tus propios negocios también, en vez de buscar que alguien más te dé un trabajo.

Como te puedes dar cuenta, el entorno en el que crecemos y las personas que nos rodean influyen mucho en el estilo de vida y las rutinas que creamos cuando somos mayores.

Si no expandes tu mente y miras más allá de lo que hasta el momento has creído como verdad, o como algo normal, entonces repetirás los mismos patrones de conducta hasta el final de tus días.

Cómo cambiar mis patrones de comportamiento

Afortunadamente nuestros patrones de conducta son algo que podemos cambiar. Y para ello el primer paso es ser consciente de tus actos y darte cuenta de las amplias posibilidades que tienes, si hicieras las cosas diferentes.

Cuando tomas consciencia de lo que haces cada día y te preguntas ¿Qué es lo que podría hacer diferente para mejorar mi estilo de vida y mi futuro? Es cuando la inconformidad comienza brotar y nuevas maneras actuar surgen a raíz de tus respuestas.

Tal vez necesites ir a dormir 2 horas antes, para levantarte más temprano y hacer actividades que te aporten un beneficio. Podrías comenzar a meditar o hacer una sesión de ejercicios cardiovasculares por la mañana. Esto podría traerte mejores resultados que seguir viendo televisión o redes sociales esas dos horas antes de ir a la cama.

En vez de dedicar 1 o 2 horas diarias para ver series en Netflix, tal vez puedes dedicar gran parte de ese tiempo para leer libros que te cultiven, te nutran de nuevos y mejores conocimientos y te abran la mente a nuevas posibilidades.

No puedes cambiar a las personas que te rodean, pero puedes cambiarte a ti mismo

No puedes obligar a que la gente a tu alrededor sea diferente, ni tampoco puedes cambiar inicialmente el entorno donde te encuentras, pero si puedes hacer un cambio en el tipo de personas con las que te relacionas y la información que recibes y permites que ocupe tu mente. También puedes aprender a gestionar tus emociones para que no afecten tu estado anímico, no te perturben y permanezcas enfocado en lo verdaderamente importante.

Como hemos visto la mayor parte de lo que haces, lo haces porque en algún momento lo consideraste normal, cómodo, seguro y aceptable, entonces si comienzas a alimentar tu mente con mejores conocimientos y nuevas formas de pensar, podrás cambiar tu manera de ver la vida y tus acciones a voluntad.

Además, hoy en día NO saber acerca de algo no es una excusa. Tienes a tu disposición una infinidad de contenido en la red que te pueden ayudar a mejorar tus rutinas y sustituirlas por unas mejores.

Haz un recuento de lo que haces cada día

Lo más importante es que tomes consciencia de tus acciones cotidianas, repudies aquellos malos hábitos que no te sirven para nada y los sustituyas por unos mejores. Empapa tu mente con nuevas ideas y conocimientos para que descubras mejores maneras de vivir. Y aunque la gente que te rodea no crea que mejorar su vida es posible y no tengan la intención de hacerlo, tú puedes pensar, actuar y creer de manera distinta… No temas ser diferente ni temas pensar distinto a la mayoría.

Eleva tus estándares y expectativas personales para mejorar la calidad de tus acciones y generar nuevas rutinas y hábitos.

Haces lo que haces porque gran parte lo aprendiste de tu entorno. Cuando fuiste pequeño hubo un momento que, sin darte cuenta, imitaste las acciones de otros y adoptaste su manera de pensar. Comenzaste a hacer lo que los demás hacían, entrando en zona de confort y así fue como los años pasaron hasta llegar a este momento.

Ahora que te has preguntado “¿Por qué hago lo que hago?”, piensa de qué manera podría cambiar tu vida si reemplazarás ciertas rutinas diarias por aquellas que están encaminadas a mejorar y lograr tus más grandes metas y objetivos este año.

Te invito a que realices un pequeño ejercicio

Escribe en una libreta el recuento de todas las actividades que realizas cada día, desde que te levantas hasta que te acuestas por la noche. Absolutamente todas. Incluye los tiempos de cada actividad de tal manera que al ser sumados te den un total de 24h.

Cuando tengas la lista, analiza qué actividades rutinarias no te están ayudando ni te aportan nada ahora ni en el futuro. Piensa en unas diferentes; aquellas que sí te benefician y sustitúyelas dentro de un horario del día. Por ejemplo, piensa si la hora en la que te duermes es la adecuada, o si hay un mejor horario que te puede permitir aprovechar mejor el tiempo.

Cada nueva actividad que reemplaces, debe tener un horario definido, es decir debe ocupar un espacio dentro de tu agenda diaria. Si no se encuentra dentro de tu agenda no le darás el tiempo ni será una prioridad para ti.

Por último, recuerda esto: ¡Nada es neutral! Todas tus acciones cuentan y lo que no te acerca a tus metas te aleja de ellas.

◊♦◊

Ahora cuéntame, ¿Por qué haces lo que haces? 🙂

Espero hayas disfrutado el artículo. Y si tienes algo que agregar puedes dejarme tu comentario aquí debajo ¡Estaré encantado de leerte! y si te ha gustado te invito a que lo compartas con tus amigos. Al hacerlo me permites crear más contenido como este y te estaré muy agradecido.

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2 comentarios

  1. Gracias por tu aporte, es de gran valor.

    Esta pregunta me la he hecho hace tiempo y encontre respuestas gracias a contenidos como el tuyo, entendiendo cómo funciona nuestra mente. Una persona puede pasar toda su vida sin saber porque hace lo que hace y auque sea algo sencillo de comprender que: Toda la información que consumimos en nuestra vida, como haz dicho cultura, educación, familia, amigos, música, etc. No es fácil de hacer consciente que todo comienza en la información.. lo que formula nuestras creencias, forma de pensar lo cual nos genera sentimientos, luego viene la acción o inacción y claramente los resultados de nuestra vida.

    Comprendiendo realmente el poder de las influencias positivas y negativas, mejorando la información no se vuelve más fácil. Uno se vuelve más fuerte, eleva su consciencia, parte a un estilo de vida de crecimiento constante tanto interno como en el sistema. Es tener metas claras en la vida, específicas, medibles al tiempo, flexibles y progresivas, porque no existe meta de llegada cuando de mejorar se trata.

    1. Hola Silva,

      Muchas gracias por tu comentario tan reflexivo y por compartir tus pensamientos sobre este tema. Me alegra saber que el artículo te ha resultado valioso y que ha resonado con tus propias experiencias y aprendizajes.

      Tienes toda la razón al señalar que muchas personas pueden pasar toda su vida sin ser conscientes de por qué hacen lo que hacen. Como bien dices, aunque el concepto pueda parecer sencillo, realmente tomar conciencia de cómo toda la información que consumimos moldea nuestras creencias, pensamientos y acciones es un proceso profundo y transformador.

      Tu observación sobre el poder de las influencias positivas y negativas es muy acertada. Efectivamente, cuando comenzamos a ser más conscientes de estas influencias y mejoramos la calidad de la información que permitimos en nuestra vida, no necesariamente las cosas se vuelven más fáciles, pero sí nos volvemos más fuertes y elevamos nuestra consciencia, como bien señalas.

      Me encanta tu enfoque de ver esto como un camino de crecimiento constante, tanto interno como externo. Esa mentalidad de mejora continua, con metas claras pero flexibles, es exactamente la actitud que puede llevarnos a una vida más plena y satisfactoria.

      Te agradezco por añadir tus valiosas reflexiones. Comentarios como el tuyo nos enriquecen y nos ayudan a todos a profundizar en estos temas tan importantes para nuestro desarrollo personal.

      ¿Hay alguna estrategia en particular que hayas encontrado especialmente útil en tu propio camino de crecimiento y toma de consciencia? Sería genial si quisieras compartir más de tu experiencia.

      Un abrazo y gracias nuevamente por tu aporte. 🙂